miércoles, 30 de abril de 2008

El parto natural en la Seguridad Social catalana


Cada parto y cada niño es un mundo y nunca serán iguales. El parto de Aimar fue muy pensado, deseado y estudiado. Y ya que es muy importante como nacemos y el trato que recibimos en esos momentos, decidí esforzarme y prepararme para ello, la ignorancia es una de las peores consejeras.(por ignorancia por ejemplo se piensa que la epidural no afecta al bebe, cuando si que le afecta y por eso esos niños tardan en reaccionar al afecto con la madre y a la vida)

Casilda Rodrigáñez y su libro (*1)"La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente" han influido mucho en mi vida e hicieron que me plantease y me cuestionase mucho diferentes aspectos de la maternidad como el tipo de parto que deseaba tener o a que no tuviese miedos culturales como el del tópico de parirás con dolor o el de que a los niños se les puede mal acostumbrar y hay que dejarlos llorar… tópicos a los que hay que derrocar.

Físicamente, comencé a prepararme leyendo un libro, (*2) “Gimnasia para embarazadas”, para hacer ejercicios en casa y trabajar mi adormecido útero con gimnasia ayudada por infusiones (frambueso rojo y en el último mes con Poleo) y ejercicios de Hawlet-Newton y de preparación a la respiración en el parto, todo dirigido a preparar mis músculos y mi mente. Más tarde llegó la pelota gigante de plástico para ejercitar mis piernas y la pelvis. Una preparación que realizaba en mis tiempos libres y cuando podía en casa. Hacía ejercicios de yoga, y me hubiese gustado hacer danza del vientre, pero mi ajetreada vida no me permitía más.

También la confianza en una misma y el apoyo de otras mujeres sabias en este tema hicieron que me sintiese más segura de que podía parir por mi misma. Como el contactar con una (*3)doula, o el ir a las clases de preparación al parto natural en la asociación Titania. Todo, sin duda todo, es valido en este viaje a la maternidad en la que te sumerges y a la que parece que de tan modernas y de tan tecnológicas que somos, no estuviésemos preparadas. Estaba teniendo una muy mala experiencia en el seguimiento hospitalario de la seguridad social, la miocentesis fue horrorosa, el cap o el ambulatorio donde me toco mi seguimiento era de rue percebe 13, por el trato deshumanizado, por la ignorancia, por la masificación, por todo en general mis expectativas de un parto natural en la seguridad social catalana actual dejaban mucho que desear. Y mis miedos a ello eran muchos y variados.

Y llegó el día, debo señalar que he trabajado hasta ese mismo día que me hubiese gustado estar mas tranquila, aunque mis trabajos no eran físicos, sino mentales, y cuando tienes un barrigón de 9 meses, las escaleras del metro, cocinar, hacer la compra…todo se hace mas duro y lento incluso la mente se ralentiza entorpeciendo los trabajos intelectuales, preparándose para el cambio de ritmo existencial que supone un bebe en tu vida. El día en cuestión fue de los largos en los que no paras de hacer cosas, así que al llegar a casa a eso de las 10 de la noche, hice una visita al water y… ¡¡¡Oh sorpresa!!! tenía una mucosidad transparente con unas gotitas de sangre….¿mi moco vaginal o tapón mucoso? Una gran emoción infantil me invadió…Llame nerviosa a la asociación Titania y Tere (una comadrona) me dijo que tranquila que le diese mi bienvenida al tapón mucoso (menudo nombre) y que lo mismo no me ponía de parto hasta unos días.”Así sea” pensé yo, “ojalá se produzca dentro de unos días, pero hoy no, ya que tengo que terminar un trabajo muy importante y me falta muy poquito, voy a darme un baño y relajarme y seguro que dando al rewind, todo vuelve a la normalidad y no empieza el parto hoy”,estos eran mis pensamientos ante los acontecimientos.

Preparé mi baño, preparé mi cena y cuando estaba relajada en la bañera noté como un hilo de pipi, pero no era pipi…seguro…recordé que si rompíamos aguas no era bueno bañarse por infecciones, así que, me Salí del baño y noté como aquello chorreaba por mi entrepierna. Le dije a mi compañero que cogiese una muestra por si en el hospital me pedían el color, aunque era transparente con motas blancas y no oscuro…motivo para ir corriendo. Seguí tranquila, porque se podían romper aguas y no empezar el parto. Así que me puse a cenar copiosamente, pero a eso de las doce noté la primera contracción, como un estiramiento de piel interno y externo en el útero con duración breve. Tranquila… ya que podía tener contracciones y no parir ese día así que le pedí a mi compañero que anotase la periocidad si existía, al cabo de una hora era evidente…teníamos contracciones cada cinco minutos. Y eso si que podía ser el parto ya. Llamé a mi Doula, Mónica, para comentarle la situación, aunque era bien tarde y unas horas difíciles, (ella tiene tres niños y tenía que organizarse para cuidarlos) la dejé intentando solucionar lo de los niños y yo seguí con mis contracciones. Cada contracción me produjo un reacción distinta, vómitos, ganas de orinar, diarrea, me vacié totalmente con una tranquilidad pasmosa. Me alegré mucho de estar en casa con mi sofá cómodo, mi musiquita, mi colección de cojines, mi limonada para contrarrestar el sabor amargo de los vómitos, y mi mejunje de hojas de frambueso con poleo para que mi útero estuviese bien elástico. Mi compañero hizo un gran papel, acercándome para cada necesidad un barreño distinto, o acampanándome al water, ya que me daba tiempo a ir, pero la siguiente contracción me pillaba en el camino y su fuerza me ayudaba a no caer al suelo y volver a mi rincón. A eso de las tres de la mañana llego la doula produciéndonos una gran tranquilidad, ya que su experiencia nos demostraba que no lo estábamos haciendo rematadamente mal y no cometíamos un grave error al no ir al hospital, vino dándome unos toques mágicos en distintas partes del cuerpo que me relajaron y me produjeron gran placer. Ella estaba a mi lado pero por momentos no estaba, aparecía y desaparecía a veces los toques se los daba ella misma pero yo los sentía en mi interior. Cinco minutos entre contracción no dan para mucho teniendo en cuenta que un minuto se va en la contracción, pero yo incluso llegué a dormir y a tener momentos místicos, en los que no estaba por allí, me sentí muy acompañada y muy segura hasta que llegó un momento water en el que no fui capaz de ir…y tenía unas ganas tremendas de cagar …pero no podía ser ya que me había vaciado de todo durante la noche (síntoma que nos dijeron en Titania de que empezaba la segunda fase del parto, próximo al expulsivo) Serían las ocho de la mañana, entraba el sol…no tenía fuerzas para caminar, ni de aguantar la contracción de pie y volver….y todavía tenía que hacer el gran viaje al hospital…me veía sin fuerzas para nada, vestirme, ponerme zapatos, coger mi espíritu y colocarlo en la tierra cuando estaba mas bien por los cerros de Úbeda. ¡¡¡UHF que duro se me hacía ir al hospital!!!

No puedo moverme, no quiero ir al hospital, lo paro aquí mismo sin hospital, o que venga una ambulancia, que yo no me muevo….pensé, pero mi compañero, ya estaba buscándome un calzado y ropa. La doula había desaparecido, y es que había ido a por su coche, como un gran complot, estaban maquinando mi ida al hospital, con lo agustito que estaba en casa. No se de donde me vinieron las fuerzas para levantarme, coger todo mi ser y salir a la calle, a la salida de casa pasaba un colegio infantil, todos niños de tres años, y yo por medio con mis contracciones, esperamos el coche de la Doula, que nos acercó al hospital y allí nos dejó, ya que al paritorio sólo podía pasar una persona y esa era una cuestión que había hablado seriamente con mi pareja ya que no todos los hombres están preparados para ver un parto y sobretodo colaborar en el y mi doula si que estaba preparada…pero mi pareja me dijo que si, que colaboraría activa y positivamente. Me sentí un poco asustada allí en la puerta de ese viejo hospital en construcción con todo el sol dando en mi cara y pensando que ahora venía mi gran miedo….el hospital… y lo que todo en el supone de trato, olores, protocolos, obstreticia, cientos de niños naciendo, litros de epidural, oxitocina por un tubo…¿seguro que no quiere dejar de sufrir? Tenemos una fantástica droga que se llama epidural ¡¡¡uhí que extraño se ha complicado!!!!… hay que cortar un poco mas, tenemos unos fórceps muy bonitos y también un monitor….patriarcados ginecológicos, protocolos férreos.

Al llegar a recepción me dio una contracción, yo de rodillas preguntando donde ir, vale…. por esa puerta, en esa puerta me quede sola con mis contracciones, me tuve que desnudar sola y lo peor fue hablar, ¿como querían que les explicase? si estaba en trance, aun así les iba explicando …oiga que tengo mi plan de parto en la carpeta…a saber donde estaba la carpeta y ¿mi compañero?….¿mi caso?….¿ha roto aguas?¿a que hora? (todo respondiendo con evasivas con tal de que no te echen la bronca por no ir allí al primer síntoma….) ….Tumbada en un pequeña camilla de la que parecía me iba a caer. Me monitorizaron y me miraron la dilatación, “está de 7 centímetros…” ¿seguro que no quiere epidural? pero yo ya no estaba allí…empezaba a estar de nuevo en otra dimensión, la dimensión de mi mundo interior….a paritorio oí…bueno pues ale, me pusieron en una silla y fuimos hacia allá. Recogimos a mi pareja que estaba en recepción esperando. En el paritorio se me presentó aurora la comadrona, que prefería monitorizar todo el tiempo, pero yo podía elegir el monitor a ratos…por ella le dije que si… el paritorio es una habitación pequeña, con una camilla ginecológica y un monitor…poco más….comprobé que el largo del cable… daba para moverme un poco y estar de pie, quería estar de pie para recuperar lo perdido del parto por estar tumbada y por el viaje. Llegó una comadrona mas joven y me dijo que sino quería estar tumbada, decidí probar su postura…bueno no se estaba tan mal…con las piernas como en una visita ginecológica y yo incorporada, lo podía llevar y apareció mi compañero…casi me había olvidado de que me acompañaba, iba todo de verde, al ponerme en su postura me dijeron que la cabeza del niño estaba allí, si quería tocar...una extraña sensación me recorrió…no…no quería tocar, durante las contracciones tampoco quería tocarme por miedo a que fuesen demasiado pequeña la apertura de dilatación, a equivocarme, a infectarme…no se…

No estaba cansada, a pesar de todo el día de curro y la noche de parto, una fuerza superior te invade en esos momentos. Tienes que apretar me decían…si yo ya lo hacía cada vez que me venía una contracción apretaba con mi boca abierta, con todo mi ser abierto, gritaba, pero ellas no querían que gritasen, sino que apretase, vino otra joven comadrona, la jefa Aurora venía a ver las pulsaciones, me faltaba poco, pero tenía que apretar mas fuerte. El niño estaba en el punto de no retroceso (punto en el que el bebe al pasarlo ya no vuelve hacia atrás) y al dejar de apretar se volvía hacía atrás. Ya me parecía a mi que iba todo demasiado bien, allí empezaban las complicaciones, no termina de apretar fuerte decían las jóvenes, la Aurora vino seriamente a hablarme, “mira las pulsaciones del bebe están bajando, aprieta más el niño que tú, sino terminas de apretar, llamaré al doctor y te pondremos oxitocina”….primera amenaza, mi compañero apretaba conmigo, me miraba y hacía el gesto…pero no grites, me decían ellas, aprieta los dientes, como si fueses estreñida, venga aprieta…si yo apretaba, claro que tenia un punto de miedo por mi miopía operada que si apretaba con la cara podía volverme…¿y mis hemorroides? pero la amenaza de venir el doctor….la oxitocina…¿Y cuando soplo las velas? Es que no quiero desgarrarme…no soples velas, dijo la comadrona…aprieta fuerte (esto de las velas me lo dijeron en Titania para no desgarrarme en la fase final) y entonces me dije a mi misma o aprieto o se jode todo...y apreté del tirón la siguiente contracción y zas…allí estaba èl, AIMAR encima mía. No había sentido dolor, no me había quemado, no me había producido ningún mal, no se me habían salido las entrañas, nada, solo él, encima mía con su color azulado y su capa blanquita, sus grandes ojos abiertos, sin llorar, sin berrear, como un gran silencio ralentizado, hablándome desde el principio. Pensé que iba a llorar porque siempre lloro viendo un parto, pero en el mío no, me sentía radiante, estaba alucinada èl estaba allí y no había pasado nada malo, ni cesárea, nada, ya no podía confundirlo con otro niño, lo miraba fijamente entre mis tetas, e intentaba que se acercase a los pezones, pero no quiso mamar. Me pareció muy poco tiempo, pero mi compañero dice que paso media hora entre que me dieron tres puntos (al final me desgarré) y me pusieron la oxitocina para expulsar la placenta,…”quiero mi placenta”, pues no pude ser dijo una enfermera, “pues yo la quiero”, al final tuve que firmar un papel para responsabilizarme de ello por si laperdía en el metro???, y me la dieron que difícil resulta de los hospitales sacar algo tuyo….

Me quitaron el bebe para pesarlo y medirlo, pero no se lo llevaron muy lejos estaba cerca, y luego ya me subieron a planta con mi placenta y mi bebe al lado, al principio no había habitaciones libre, me iba a tocar estar en el pasillo, pero esa es ya otra historia, se volvieron a llevar al bebe para mirarlo bien.

Es triste que el solicitar un parto natural hoy día en España sea lo anormal, que te consideren la rarita por desear parir en casa porque “no somos animales”, que seas valiente por no pedir la epidural…y es triste porque todo viene de esos miedos culturales a algo desconocido y mitificado como doloroso. Mi experiencia en un hospital no fue tan mala como pensaba, debo reconocer que respetaron todo lo que dije y que el trato fue excelente…no siempre es así…pero como se trataba de mi parto así lo conté, una experiencia que me ha hecho más fuerte y me ha confirmado que no parimos con dolor, que nos tienen engañadas con el dolor, que todas podríamos parir naturalmente, solamente nos hace falta trabajar nuestros miedos, nuestro adormecido útero, nuestra respiración y poco mas, empecemos a confiar más en nosotras mismas para que nuestros niños sean felices desde el mismo momento de su nacimiento.

(*1)" "La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente” Casilda Rodrigáñez y Ana Cachafeiro. Editorial Nossa y Jara

(*2)"- “Embarazo en forma” Silvia Olkin (Ed. Medici)

(*3)"-doulas. Las doulas son mujeres, en su mayoría madres, que acompañan a otras mujeres durante en el camino a la maternidad. Su labor fundamental es dar soporte, tanto físico como emocional, durante el parto y el puerperio. En la fase del parto no realizan exámenes médicos, si no que su labor se realiza a través del empleo de masajes, aromaterapia, sugiriendo posiciones... facilitando el desarrollo normal del parto. La doula en definitiva, acompaña a la madre de forma amorosa, le da información y la alienta para favorecer aparición de la madre que toda mujer lleva dentro.

1 comentario:

Muñocita dijo...

hola nani esta muy chulo el relato del parto
muchos besos a los tres

ana mu